lunes, 4 de septiembre de 2017

Como un tatuaje


I
(2015)

Soledad, que a tu seco corazón
apunta el arquero, ¿logrará abatirte?
Digamos soledad por decir lo callado,
sonoro apellido del deseo,
sobria figura sobre débiles tobillos,
recientemente negada,
perpetuamente presente,
silente, amordazada, innombrada.



II
(2015)

No preguntes a la vieja puta,
la gata lesbiana
que maulló desde los trece,
si es rosa la vida.
Ni llorando su pena entenderías.
¿Bebiste el brandy de sus labios,
sucedáneo del amor?
Amor de hedor, dolor, calor de estufa.
Calla, mira y admira;
si no has vestido el gélido abrigo
de sus ovarios, pecho,
ternura no correspondida.


III
(2015)

Estos son los cueros
cargados de miedos y sueños,
y tatuajes que los gritan.
Y, a veces, miel en la lengua.
Y siempre desdicha.
Porque somos recién llegados,
desperezando del sueño eterno
para volver a dormir.
Sin imagen sobre la piel
en honor a hombre o mujer,
ni a las ciegas y cegadoras órdenes;
sólo honrando a desobediencia,
sólo lealtad hacia las voluntades libres.


IV
(2016)

Hasta que cayó el telón,
entre lo efímero y lo irreversible,
que a todas nos supera,
ellas hicieron magia.


V
(1997)

Tengo un huerto muy vasto,
sin puertas que no sean de aguas.
Luna quebrada me pare
por mi tierra sin cadenas,
en paseos de satén,
con perfume de sirenas.


VI
(2015)

Eras simio, Eva a mis ojos,
libre de imperfecciones,
piel escarchada;
rico de levedad, tú.
Yo, tuerto conforme.
Mereciste el trono de mis recuerdos:
falsos, bellos, sueños neonatos.
Y, ¡qué lástima!,
ahí quedaste para siempre.


VII
(2015)

Fuego del amanecer
que prendes los confines del mundo,
siete mil millones de caballos,
alados, rebeldes, dispuestos
a cabalgar tu estepa.

De cada alma el cielo,
perpetuas las nieves quedan.

Como potente cascada
que se derrama sobre la cabeza,
así la vida es.

Como caprichoso Olimpo
dictando destinos,
imponiendo sin dar tregua al vencido.

Como halcón fanfarrón
que agita sus alas
frente a la presa de su cortejo.

Regresan a mí los versos
que un día escribí en tu piel.
Para ganar mi alma isleña,
ociosa, disfrutada,
de piel tostada y roce de fragancias.

Porque amaba tanto el mar
que olvidé que debía respirar.


VIII
(2015)

Parió el día preñado de lluvia,
panza de burro y plomo,
aires de miel y canela dulce,
cielo derramado sobre gris urbe.
Me escabullo de enemigos que me forjan,
acreciento tu leyenda.


IX
(2015)

Enterré mis sueños
en la playa del reposo.
Vine a buscarlos,
sólo hallé losas pesadas,
fúnebres como rotos espejos.

Condenado mundo,
sin reposo pa inadaptados,
absurdo y prometedor,
irrisorio y de humo,
opulente, egoísta, caprichoso.
Penitenciaría, 
laberinto de imposible salida.

El ocaso,
donde pierdo las ganas,
minero de palabras,
enfrentando la decadencia
que invade y hace páramo.

Para mi tristeza,
siendo sin quererlo,
un fuego que se extingue.
Y mis manos llenas.
Y la boca seca.
Y corazón roto.
Fugaces sombras somos,
en el espacio tiempo.
Besos de nicotina,
miel de palma,
labios de cereza.


El segundo tercero
(2015)

El segundo primero,
dos miradas cruzan.
El segundo segundo
y se han de apartar;
pero la dejas, la dejo.
Todo un reto, casi un duelo.
Lazo profundo de ojos,
rozando incómodo
y clandestino,
pechos palpitantes.
El segundo tercero,
las pupilas se quedan,
infinitamente,
y murmullo de sexos.
El segundo tercero,
perpetuamente breve, antes de irte y perderme.

No hay comentarios:

Publicar un comentario