sábado, 2 de septiembre de 2017

Shyamalan, "Múltiple" y la conciencia


Shayamalan han vuelto con Múltiple (Split), después de varias películas desastrosas que no hacían honor a la fama que se había ganado con El Protegido (2000), El sexto Sentido (1999), Señales (2002) y La Joven del Agua (2006).
Dennis es un joven con trastorno de personalidad múltiple. Y sobre esa característica gira toda la película. Sin embargo, el aspecto que a mí me interesa resaltar no es todo lo atractivo que eso conlleva, sino sobre el manejo que Shyamalan hace de una historia escrita por el mismo, en torno a la conciencia... Hay tres adolescentes, compañeras de instituto; una de ellas es la perfecta rebelde, sofisticada, porque no muestra rasgos externos que la hagan diferente a las demás. Sin embargo, ahí van elementos de su personalidad que sí la diferencian: cuestiona y enfrenta la autoridad, aguanta con aplomo las consecuencias de sus particularidades; y sumamos la habilidad para hacer frente con madurez las situaciones difíciles. Víctima del acoso moral de sus compañeras, esta chica será partícipe, presa, de un dramático episodio de secuestro. Y Shayamalan no dejará de mostrarnos en todo momento que la ausencia de conciencia ética -que pasa desapercibida en medio de la sutilidad y ambigüedad cotidianas, reforzada por la indiferencia hacia las injusticias que nos rodean- atrae a los peores monstruos. La ausencia de conciencia llama a La Bestia.
De resto, unas imágenes, como siempre en este autor, elegantes. 
Por cierto, sorpresón final para los amantes del cine de Shyamalan, algo que nos permitirá comprender, completamente, el contexto en el que nace Múltiple. Una pista: los héroes y las heroínas nos rodean en el día a día, y ejercen sus superpoderes pasando desapercibidos.

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